Finalmente el sueño de
Elena Flores de Anachure, y de tantos otros que se fueron sumando, se hizo
realidad. Pasó más de un año desde agosto de 2013 cuando, durante la
celebración de la Fiesta de la Pachamama en el Museo Hudson de Florencio
Varela, Elena expresó públicamente su deseo de hacer un carnaval "bien
jujeño" durante el verano de 2014.
Ese escenario de
"alegría" lo había "atado" a una condición: la de que los
participantes trajeran donativos para un colegio de su tierra natal. Es que
muchos de los vecinos de esta localidad del Conurbano son de origen coya y
mantienen indelebles algunas de las tradiciones y raíces del noroeste argentino.
Compartiendo ese sentir el Museo Hudson ha tratado de ayudar a
preservar ese "saber popular" con el fin de que se mantenga vigente.
Y es así como, luego de enterrar al diablito en la finalización del carnaval,
el dos de marzo de 2014, se produjo una verdadera "avalancha" de
donativos en forma de útiles escolares, ropa y juguetes que comenzaban a cristalizar
ese sueño para convertirlo en realidad.
La selección del establecimiento recayó
en la profesora Matilde Zerpa, incondicional colaboradora de Elena y compañera
de ruta desde hace veinte años en la difusión de la cultura coya en Florencio
Varela.
Matilde, aprovechando un viaje a la tierra de sus mayores, había
contactado a las autoridades de la Escuela N° 351 de la localidad de "El
Durazno" en la localidad de Tilcara, provincia de Jujuy, luego de que meses antes algunos periódicos del noroeste, como El
Tribuno, se habían hecho eco del abandono en el que se encontraba dicha
institución rural ubicada a "doce horas de mula" de Tilcara, en las
entrañas mismas de los cerros jujeños.
Cuentan que en la cocina y el comedor en donde habitualmente los niños y docentes desayunan , almuerzan, meriendan y cenan se produjo una verdadera invasión de víboras. El tema se debió a que el entretecho, por deficiencias en el mantenimiento del edificio, amparó un "nido" de yarará que, demás está decirlo, constituye un verdadero peligro para la vida de todos los que allí se ven obligados a transitar.
Fué
así como luego del "Carnaval del Norte" realizado en el Museo
Hudson, la Casa Natal del gran escritor y naturalista bonaerense comenzó a
albergar donativos y bienes para "la escuelita". Es decir, el
"rancho histórico", en proceso de restauración, funcionó durante
meses como una suerte de depósito para el "proyecto Tilcara". Se
formó entonces una comisión "ad hoc" para organizar las
contribuciones solidarias y numerosos voluntarios comenzaron a sumarse. Juan
Manuel y Berta fueron de los más activos y con la camioneta de Juan se logró
transportar, yendo y viniendo, gran cantidad de donativos no perecederos entre
numerosas contribuciones particulares .
Llegó agosto y una nueva Pachamama en
Florencio Varela, la número 20 más exactamente. Con ella llegaron más
donaciones para la escuela de "El Durazno". Se decidió entonces definir una fecha límite para el envío sin saber "a ciencia cierta"
como se instrumentaría...y fue así que se tomó real conciencia de lo
difícil que es llevar un donativo de cierto volúmen a un lugar distante aunque
la idea sea altruista y visiblemente beneficiosa para la sociedad. Con este
espíritu, y después de intentar por aquí y por allá, se evaluaron las
dificultades para llevar adelante la iniciativa y se propuso invitar a
coparticipar del desafío a quienes tienen experiencia comprobada en la
resolución de este tipo de "imposibles" : el Rotary Club. En ese
contexto el asistente del Gobernador del distrito 4915, el infatigable Carlos
Embeita, se puso "al hombro" la iniciativa y tomó contacto con un
rotario del "Club Don Bosco": el gran benefactor Rubén Docampo que
"ni lerdo ni perezoso" y con una generosidad y aliento desbordante
nos instó a continuar con la tarea pidiéndonos que : guardáramos los objetos en
cajas rotuladas para poder transportarlos de la mejor manera posible. Docampo es propietario de la empresa Transcity-Logiscor S.A. que tiene llegada
a Jujuy con un depósito en Salta.
En sintonía con este propósito Celia
Carnovale, tesorera del Eclub del Conurbano, tomó al pie de la letra esta
instrucción y logró que un centenar de cajas fueran donadas por la empresa en
la que trabaja. Luego, un grupo de voluntarios emprendieron la tarea de embalar
todo lo que se había conseguido reunir, incluida María Rosa Mariani, actual
secretaria y ex Presidenta del E-Club. El mismo Docampo, como si fuera poco lo
que había ofrecido, nos presentó al Comandante Mayor Ramón Osvaldo Quiroga,
Jefe del Departamento de Asuntos Civiles de la Gendarmería, con quien se
entrevistaron, Rubén Ravera, director del Museo Histórico Provincial Guillermo
Enrique Hudson, y Atilio Martínez, actual Presidente del Eclub del Conurbano.
Tras el cordial encuentro en el "Edificio Centinela" se consiguió el
compromiso de cubrir el último tramo para las 101 cajas, que ocupaban unos 12
m3.
El trayecto San Salvador de Jujuy-Tilcara ya era un hecho con la
supervisión del Comandante Ariel Bronzetti del Escuadrón 53 de S.S. de Jujuy. Y
así ocurrió...El martes 25 de noviembre, ya entrada la noche, la Gendarmería
Nacional escoltó la donación hasta la mismísima casa de la directora de la
escuela Amalia Colqui. Ese fin de semana asistieron Elena Flores, inspiradora
de esta gesta solidaria desde su génesis, que tomó contacto con los niños a
quienes obsequió alfajores y golosinas que llevó especialmente desde Buenos
Aires. También estuvieron presentes los integrantes del Rotary y Rotaract de
Jujuy orientados por Nicolás Yapura y movilizados, desde Quilmes, por la
tesonera acción de María Rosa Mariani.
El miércoles 26 los alumnos y docentes
de la Escuela del paraje "El Durazno" cubrieron nuevamente las doce
horas de viaje para seguir enseñando y aprendiendo en la escuelita, con la
satisfacción de saber que cuentan con nuevos amigos que separados por la
geografía pero cercanos en los afectos están preocupados por el bienestar de
todos ellos...(Y soñando nuevos sueños)...
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