Pintura flora nativa . Talleres Coroleu
De una nota del diario La Nación:
Apreciar y hacer visibles ciertos elementos del paisaje urbano no es fácil cuando el vértigo le gana a la contemplación. No obstante, ése es el desafío del proyecto Samohú, llevado adelante por un grupo de artistas que defiende la preservación de los árboles florales autóctonos, como el lapacho, el ceibo, el jacarandá, la tipa y el palo borracho, mediante la contemplación y el retrato, en acuarelas, de sus flores.
Una de las actividades que este grupo lleva a cabo es el llamado hanami nativo, ceremonia japonesa y milenaria que consiste en sentarse debajo de los cerezos en flor, sobre un mantel blanco que se tiñe de las flores que van cayendo, y disfrutar mientras se toma un té.
"Nosotros promovemos el hanami con los diferentes árboles autóctonos de Buenos Aires para hacer visible su belleza, que muchos pasan por alto y no se dan cuenta de que están en peligro", dijo a LA NACION Cristina Coroleu, la acuarelista que lideraba el grupo de artistas que ayer, a las 18, se reunió en Sarmiento y Avenida del Libertador, bajo la sombra de los jacarandás, que en esta época muestran sus llamativas flores lila.
"Los colores y aromas de estos árboles en flor forman parte de la paleta de colores de las diferentes estaciones en la ciudad. Es un legado que nos dejaron quienes sabían hacer las cosas pensando en el futuro", dijo Coroleu, haciendo alusión a Charles Thays (1849-1934), el ilustre paisajista francés que trajo diferentes especies autóctonas a Buenos Aires y cuya obra fue seguida por sus discípulos.
El primer hanami que se realizó en la ciudad fue el mes pasado, bajo el célebre lapacho de Figueroa Alcorta y Ramón Castilla, en Palermo Chico.
"La flor rosa del lapacho inaugura el calendario de floración en Buenos Aires, y el último es el palo borracho, en febrero, cuya flor sólo desaparece en julio. Se puede decir que la ciudad está en flor todo el año. Sería una lástima que esto dejara de ser así", contó Coroleu, que repetirá esta ceremonia cuando florezca la tipa, el mes próximo.
Según la artista, los efectos del cambio climático se reflejan en la floración de los árboles: "Se están adelantando casi un mes; por eso, más allá de los cuidados que merecen las especies que aún hoy siguen en pie, es necesario reflexionar sobre cómo será la ciudad en el futuro y qué debemos hacer al respecto".
Desde 2005, Coroleu desarrolla seminarios en el interior del país. Hace dos años, en Salta se ha formado un grupo que convoca a los pintores de la región norte a pintar la flora nativa como una manera de darla a conocer y protegerla.
"Sueño con que alguna vez seamos muchos más, una seguidilla de personas haciendo picnics bajo los árboles en flor", dijo la artista. Más información, en www.samohu.blogspot.com.
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